viernes, 17 de junio de 2011

clavame tu carne en los ojos
recordame como fui
recordame cómo fui
quiero ver cómo sangro

Tardes de otoño

una vez más
desensillo
de mis grandes proezas incumplidas

camino sólo por mis venas
para conocerlas

un árbol me abraza;
yo lo miro, incrédulo:
es todo lo que me enseñaron

las señoras se afanan en
barrer las hojas, casi compulsivas
como si temieran, alguna vez
escucharlas

todo corre, el universo es
el río más diverso y nosotras
absurdo al lado de absurdo
forcejeando por seguir inmóviles.
nos invitan los pájaros
pero no volamos
no, ya no

es que es más fácil
las cortinas cerradas
que doler los ojos
es más fácil señalar
que escribir
morir que sentir
describir que vivir

la certeza de que
mañana sale el sol
nos conforta.
es tan fácil
cuando existe mañana