-La naturaleza no es antinatural.
Esto no es una búsqueda del equilibrio, sino una ruptura. Y sólo hay una criatura capaz de provocarla.
-¿Un hombre? Preguntó Arren, inseguro.
-Nosotros, los hombres.
-Cómo?
-Por un desmesurado deseo de vida.
-¿De vida? Pero ¿es malo acaso querer vivir?
-No. Pero cuando ambicionamos poder sobre la vida, riqueza inagotable,seguridad inexpugnable, inmortalidad....entonces el deseo se convierte en codicia. Y si a esa codicia se le suma el saber, sobreviene el mal. Entonces el equilibrio del mundo se perturba, y el peso de la destrucción inclina la balanza.
ºººººººº
-Entiendo por qué dices que sólo los hombres hacen el mal, me parece. Hasta los tiburones son inocentesA: ellos matan por necesidad.
-Por esa razón nada se nos resiste. Una sola cosa en el mundo puede resistir a un hombre malvado de corazón: otro hombre. En nuestra vergüenza está nuestra grandeza. Sólo nuestro espíritu, que es capaz del mal, es capaz también de dominarlo.
Ursula K. Le Guin.
Historias de Terramar III: La costa más lejana
Una maestra esta mina, recomiendo leer las historias de terramar, reflejan muy bien lo que pasa en muchos aspectos de las personas.
Un abrazo
domingo, 4 de mayo de 2008
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