lunes, 3 de agosto de 2009

“Un joven aventurero interesado en descubrir la diferencia entre el paraíso y el infierno es conducido en primer lugar hasta las puertas del infierno. Allí pudo ver a muchos comensales sentados en una mesa con los más delicados manjares; a pesar de lo cual tenían expresiones siniestras y lloraban desesperadamente. Al observarlos detenidamente descubrió que sus manos tenían solo dos dedos que terminaban en forma de Hashi (palillos japoneses), de un metro de longitud. Si bien podían tomar los alimentos, sus dedos eran tan largos que no les permitían acercárselo a la boca. Alterados por la frustración usaban sus utensilios como armas peleando egoístamente por una comida que no podían comer.



Después el joven aventurero visito el paraíso, en donde descubrió la misma mesa grande, con los mismos manjares delicadamente presentados y los mismos dedos largos. Sin embargo todos los comensales sonreían y sus rostros irradiaban salud y alegría, pues alargando los palillos uno alimentaba a otro.”



Viejo cuento japonés

2 comentarios:

Unknown dijo...

¡¡Queremos al poeta, la reputisima madre que lo remil pario!!

Agustina dijo...

Debo decir que tu posteo anterior, "Como el primer día" es una de las cosas más lindas que leí, por lo menos me llegó justo en el momento exacto. Bueno...voy a seguir leyendo algo de por aquí. Saludos!