canciones
¿que me motiva?
la desesperación incesante
de en el trazar de las palabras
encontrar respuestas
inútiles palabras
para la desesperanza
de un pueblo
pero quizás sirvan
para aplacar la agonía
del individuo
silencios
letras que faltan
eso también
es historia
o un buen burgués
o un mal proletario
o un pobre tipo, nomás
buscando también
yo me permito diferir
de su opinión.
quiero ser yo,
no usted.
Aunque, sepa que lo quiero
y si no te trato de vos,
es porque la convención
y el miedo es más fuerte,
todavía
pero mis oídos no son sordos
a los llantos de mi pueblo –el mundo-
explotado, reducido a celulares
o dogmas célebres
¿el odio será inherente al amor?
¿o esa rabia es nada más que
el amor, haciéndose vida?
lo cierto es
que el llanto está,
que la llaga no se tapa
con el maquillaje
de una vida alejada –aparentemente- del gran capital
o alguna excusa
disfrazada de teoría
mis manos quiero que sirvan
mis ojos que transmitan mi alma
mi boca algo más que palabras
no quiero ser un seco más
repartiendo solidaridad y revolución
en la cuota justa de expiación
no quiero a mi persona
pasando inerte por este mundo
dejando poesía y nada más
quiero ver chicos crecer
en brazos, abrazos
quiero comida, no stock
quiero ver gente encontrándose
quiero encontrar gente,
gente que me encuentre.
no quiero más
bombas al mar
otra cosmovisión
se hace necesaria
en hospitales
llenos de pacientes
y muertos en delantal
en ciudades capitales
que ignoran
levantar la alfombra
donde algún avivado
escondió la mugre
esa mugre, que con manos vacías
pide ya no ser llamada así
pide un vientre tibio
muere, fría y sola
en el ostentoso pórtico
pensando que al progreso
nadie le explicó como llegar
y se perdió en los laberintos
de las grandes mansiones,
de las cintas de montaje
¡que viva la revolución!
gritan en los cafetines
y sigue arando el campesino
tierras otras
¡a sacrificarse por el pueblo!
piden al pueblo
los de sillones
aterciopelados
¡ay –mi- patria!
que alguna vez soñó ser grande
olvidose de sus jaulas,
de sus líneas en el mapa
hubo unos cuantos tipos en la historia
un tanto barbudos y harapientos
un tanto alérgicos al poder hegemónico.
su corazón cantó el mismo mensaje
bajo distintas banderas.
La historia, y la gente
se quedó con las banderas
guardando prolijamente, esos corazones,
en una remera, o en la cestilla de limosnas
si dios existe
creo que perdió los planos
el humano es demasiado perfecto,
creo yo,
para haber sido creado por otra cosa,
que no sean sus manos, y el barro.
sólo le falta fe para creerse, crearse.
antes que ideologías,
antes que milagros
o caminos seguros
quiero saber de humanos
mirándose en ese espejo, el más fiel;
los ojos del otro
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