Padre nuestro, si estás en los cielos
baja a la tierra con tus hijos, el pueblo
hágase nuestra voluntad, y muchas otras además.
nos daremos juntos el pan de cada día, y las manos también.
Perdonaremos nuestros pecados, haciendo al mundo
y a los pecadores abrazaremos, para que ya no teman la muerte
que la tentación se despliegue en su hermosura, si no hiere
no nos libres de tu mal, déjanos elegir nuestro bien.
Amemos.
jueves, 22 de abril de 2010
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